miércoles, 21 de enero de 2009

Con la Iglesia hemos topado

"La Iglesia en España", de Alfredo Grimaldos

Pascual Serrano/ Le Monde Diplomatique
por Pascual Serrano — Última modificación 19/01/2009 10:06
Con la Iglesia hemos topado


Imaginemos una organización de relevancia internacional implicada durante la guerra fría en la denominada red Gladio que tenía previsto impedir con cualquier método por ilegal que fuera, que en Europa, en especial en Italia, la izquierda comunista llegase democráticamente al gobierno. Esa misma organización tras las Segunda Guerra Mundial protegería a los nazis, y en España operó con el terrorismo de ultraderecha durante la transición y en la trama golpista del 23-F. En Italia sus relaciones con la mafia son estrechas. Entre sus miembros, los casos de pederastia son numerosos a lo largo de todo el mundo, siempre bien protegidos y ocultados por los dirigentes.

Esta organización, no solamente es legal, incluso tiene un Estado dictatorial que nunca es condenado por tribunal internacional alguno, ni Naciones Unidas. En España el Estado le da cuatro mil millones de euros todos los años más otros seis mil millones de otras administraciones. Y eso no es todo, está exenta de la mayoría de los impuestos: contribución territorial, sobre rentas y patrimonio, sucesión, donación y transmisión patrimonial…

Para quien no lo haya adivinado se trata de la Iglesia católica. Y el libro de Alfredo Grimaldos, La Iglesia en España, desgrana y documenta con exhaustividad escalofriante todo ese poder. Treinta años de desaparecido el nacionalcatolicismo franquista en España, el gobierno sigue financiando a la Iglesia, celebrando misas de Estado, enviando a sus representantes electos a procesiones y conmemoraciones religiosas, los crucifijos en los colegios públicos deben ser objeto de sentencia judicial para que sean retirados, el Estado paga sacerdotes castrenses y profesores de religión, los ministros juran su cargo frente crucifijos, los aeropuertos y hospitales públicos tienen capillas católicas, los ayuntamientos rehabilitan y mantienen las iglesias y los edificios religiosos. Y es que en 2008 y con un gobierno socialista, el refrán “Con la Iglesia hemos topado” sigue tan vigente como siempre.

Alfredo Grimaldos. La Iglesia en España. Editorial Península. Madrid 2008.

martes, 20 de enero de 2009

Religión y tortura

por Daniel C. Bilbao


La tortura es una práctica cotidiana y sistemática en cuarteles y comisarías de nuestras democracias occidentales. Pero también se tortura en fábricas, escuelas y hogares. Nos basta nuestra propia experiencia para conocer la existencia de esta práctica. La violencia es intrínseca a la condición humana, y su degradación y refinamiento supremo es la tortura. Lo curioso es que mientras se simula condenar la tortura como método en el ámbito de las políticas represivas de los estados, se admite como fórmula de castigo en el plano moral, desde lo religioso.

La Iglesia Católica -esa asociación ilícita-, pregona desde sus orígenes la existencia de "un dios de ira" y espantosos métodos de castigo. Basta leer la Biblia para enterarse de cómo terminaban aquellos que debían padecer la mala uva de Yahvé. En la religión, la idea del "pecado", lleva asociada la del castigo, considerado un derecho que se arroga la iglesia y que a lo largo de la historia sirvió para justificar exterminios masivos de herejes o disidentes, fueran estos cátaros, brujas o ejércitos opuestos a los intereses de los jerarcas del cristianismo. En el Deuteronomio -digamos a modo de ejemplo-, amenazan a quienes violen sus mandamientos con tales privaciones que la mujer más buena se comerá a sus hijos a escondidas del marido para no compartirlos. En esta misma sección del libro "sagrado", se dice: "¡Justicia, justicia perseguirás!" Interpretado con el mesianismo propio de estas concepciones desprovistas de racionalidad, se pueden alcanzar los mayores desvaríos.

Donde la religión y la tortura se tocan hasta asociarse en un canto apolegético es en la idea del Infierno. Desde hace siglos, el catolicismo nos tiene anoticiados de que todos aquellos que no sostengan esta fe, o que aún teniéndola no cumplan acabadamente sus preceptos, al morir irán directamente a sufrir los más horrorosos sufrimientos en un lugar llamado Infierno. La propia descripción que hacen de este lugar dejaría como un dibujito animado las historias de los campos de concentración nazis o los de exterminio de la dictadura argentina de 1976.

La tortura es pregonada por esta asociación ilícita como un método justo de sanción a quienes ellos mismos definan como "pecadores". Se absuelven a si mismos trasladando la responsabilidad al dios todopoderoso, magnánimo, bondadoso, que nos ama a todos, pero que por razones de seguridad y de justicia dispone de un sitio donde millones y millones de almas están padeciendo -y padecerán por toda la eternidad- el dolor y la desesperación de los mayores desgarramientos físicos y morales.

Esta amenaza cotidiana es demencial, pero ha sido exaltada por los más grandes pintores. Miguel Angel, el Giotto, Frá Angélico, describieron el Infierno en expresivos trazos, configurando estas pinturas una verdadera promoción de la tortura, como legitimación del derecho a torturar que tiene el poder. Recordemos que los reyes decían que su poder era de origen divino. Todo el arte religioso del Renacimiento es un canto a los crímenes que figuran en la Biblia, como el Diluvio o el Juicio Universal. Visítese la Capilla Sixtina y se verá este espanto en todo su esplendor.

Es posible preguntarse cómo pueden defenderse los derechos humanos en la Tierra, al mismo tiempo que se los viola eternamente en el más allá. Sin embargo, también nos reservan demostraciones de castigos terrenales. No hace mucho tiempo, afirmaban que los "indios" no tenían alma y podían ser tratados como animales, o financiaban ejércitos que irían a exterminar herejes, para después terminar bendiciendo cañones que aniquilarían a los "rojos" o aprobando la invasión y genocidio de los pueblos musulmanes. Entre la idea del Infierno y aquella encíclica que dio el papa Inocencio III, de la cual surgió el "Manual de Brujas", y la actual confección de listas de organizaciones "terroristas" para avalar los infiernos de Guantánamo, Abu Graibh o los cuarteles de la Guardia Civil, hay un hilo conductor.

No debe extrañarnos que un presidente como George Bush invoque a Dios y autorice la tortura. De eso se trata, de la íntima relación existente entre el poder y la iglesia. La religión al servicio del poder, no sólo como opio, sino como práctico método para matar, para atemorizar, para someter.

lunes, 19 de enero de 2009

De la campaña atea, o de cómo se relaciona al FC Barcelona con dios, y de cómo el Partido Popular ataca a la libertad de expresión

Daniel Raventós
SinPermiso.info

Desde hace pocos días, puede leerse en catalán, aunque por poco tiempo y solamente en dos líneas de trayecto de algunos autobuses de Barcelona: “Probablemente dios no existe, así que deja de preocuparte y disfruta la vida”. Se trata de una campaña financiada por una asociación atea catalana que sigue la iniciada hace algunas semanas en Londres, uno de cuyos principales inspiradores es el conocido científico de Oxford Richard Dawkins. La campaña inglesa tuvo mucho más éxito del previsto, con más donaciones de las esperadas inicialmente. Se estudia continuar la campaña en Madrid, si bien en algunas otras ciudades como Zaragoza, la compañía de autobuses, de forma vicaria o no, ha puesto todas las trabas posibles y quizá logre impedirla.

Las reacciones que ha tenido esta campaña única (por ser la primera vez desde la segunda república española que se puede ver publicidad atea de estas características, y en cualquier caso, nunca en los autobuses, en donde estamos más acostumbrados a ver publicidad de películas, refrescos, galletas, academias de idiomas, ropa interior masculina y femenina, lubricantes, grandes almacenes y candidatos electorales) han sido muy superiores a las que, personalmente, pensaba yo que iba a tener. Sobre esta original campaña ha opinado todo el mundo: religiosos católicos y protestantes, profesores universitarios, periodistas profesionales, columnistas habituales, tertulianos ignaros… Lo han hecho de todos los modos posibles: desde la fría cortesía hasta la rabiosa mala leche apenas disimulada. En general, todo bastante pobre, con algunas honrosas excepciones. La campaña ha sido un éxito insuperable, si pensamos en términos de impacto. Y no se me ocurre cómo evaluar una campaña publicitaria, si no es en estos términos.

La campaña atea puede juzgarse desde muchos puntos de vista, claro está. Y hemos tenido al respecto un gran carrusel para casi todos los gustos. Hay quien ha enfocado la campaña estéticamente (con simplicidades olímpicas: “el dinero empleado en esta campaña debería destinarse a acabar con el hambre que hay en el mundo”; aunque si se piensa un segundo, se verá que poca hambre se reduciría con los pocos centenares de euros de esta campaña); hay quien ha especificado los errores gramaticales de la frase en catalán (es la crítica menos discutible: en catalán el verbo “gaudir”, que es “disfrutar” en español, no es transitivo con lo que debería haberse escrito “gaudeix de la vida”, no “gaudeix la vida”, para decir en español “disfruta la vida”); hay quien ha intervenido con ínfulas pretendidamente científicas (“probablemente” significa que se deja la puerta abierta a la existencia de dios, al modo de ver de algunos); hay quien lo ha hecho defendiendo que una persona religiosa puede disfrutar de la vida tanto o más que una que sea atea (es cierto que el esclavo satisfecho puede sentirse feliz, como todo el mundo sabe; y también que un ateo puede ser muy desgraciado); hay quien ha replicado desde posiciones religiosas, señaladamente el grupo fundamentalista católico e-cristians, ligado al que fue conseller (ministro) del gobierno de derechas de pasadas legislaturas de la Generalitat, Josep Miró, así como un grupo protestante que también pondrá en los autobuses la afirmación de que “dios sí existe” (parece ser que disponen de pruebas empíricas contundentes); hay quien lo ha hecho en términos de oportunidad, porque la iniciativa podría provocar enfrentamientos por ideas religiosas (que se diga tal cosa precisamente ante la primera campaña atea de un tipo parecido en 70 años, cuando la publicidad religiosa, especialmente católica, a lo largo de estas décadas ha sido lujuriosamente abusiva tiene su qué), o porque no es nada oportuno realizar la campaña en plena crisis económica (si bien la campaña iniciada en Londres fue diseñada antes de que estallaran las primeras graves consecuencias de la mencionada crisis); hay quien ha preferido ver una campaña propia de la frivolidad del primer mundo, porque con la situación de gran miseria para muchos millones de personas en los países pobres, llamar a disfrutar la vida suena como hasta cínico (y es cierto que la campaña empezó en Londres, hasta hoy situada en el primer mundo); hay también quien, aprovechando que el equipo de fútbol más importante de la ciudad, el FC Barcelona, está en un momento de juego celestial, ha hecho profesión de fe en nuevos dioses (“probablemente dios no existe, pero Messi sí, disfruta la vida”)… Pero ahí no acaba la historia.

El parlamento catalán está compuesto, como casi todos los parlamentos del mundo, por diputados y diputadas de distintos partidos. Los partidos que gobiernan en coalición la Generalitat catalana son tres: Partit Socialista de Catalunya (el partido mayoritario y de izquierda moderadísima), Iniciativa per Catalunya-Verds (el menor partido de la coalición gubernamental y de izquierda moderada) y Esquerra Republicana de Catalunya (un partido de izquierda moderada y partidario a muy largo plazo de la independencia catalana respecto del reino de España). En el parlamento catalán hay otros tres partidos y coaliciones. Están por lo tanto en la oposición. Uno, muy importante por su apoyo electoral, es la coalición de derechas nacionalista catalana Convergencia i Unió. Unió, el componente más pequeño y derechista de la coalición, es un partido cristiano con algunos conocidos militantes que limitan con, si es que no traspasan, el fundamentalismo católico más rancio. Los otros dos partidos parlamentarios son de relevancia diferente. Uno es importante no por el apoyo electoral suscitado en Cataluña, que es muy pequeño, sino por el que disfruta en la mayor parte del resto del reino de España, el Partido Popular. Partido muy de derechas furibundamente nacionalista español, característica esta última que le da muchos votos fuera de Cataluña, pero no en esta tierra, por lo que se ha producido un pequeño giro de moderación al respecto en esta zona geográfica. Mucho más insignificante el otro partido, el ridículo Ciudadanos (monolemáticamente partidario de que el idioma catalán retroceda en Cataluña en beneficio del idioma español, con grotescas ínfulas de partido con ideas nuevas) al que se le ha complicado muchísimo la vida con la aparición del partido Unión, Progreso y Democracia que tiene una sola diputada en el parlamento español, pero al que las encuestas le auguran algunos diputados en las próximas elecciones europeas, y que disfruta de muchas simpatías entre los sectores más ultras del PP y de algunas emisoras radiofónicas de la iglesia católica española, como la COPE del ultramontano Losantos.

El ayuntamiento de Barcelona tiene una composición política similar al parlamento catalán con la excepción de este último partidito, Ciudadanos, que no tiene representación en el consistorio de la capital catalana. Pues bien, el representante del PP en el ayuntamiento de Barcelona, gobernado actualmente por el PSC e ICV con el apoyo de ERC, ciudad por donde circulan los pocos autobuses con la humilde campaña atea, ha presentado distintas preguntas al gobierno de la ciudad y a la compañía de transportes metropolitana. Este representante del PP que llegó a ser su máximo dirigente en Cataluña no hace muchos años, Alberto Fernández Díaz, alega que “la libertad de expresión no puede ser un cajón donde todo tenga cabida” (¡sic!). Y añade: “La libertad de expresión lo ampara todo excepto lo que se expresa sin respeto, y en el ámbito público no se puede formular esta publicidad desde el ataque o en forma de controversia religiosa” (¡resic!) (El Punt, 14-1-2008).

Esta campaña solamente podía criticarla enarbolando la libertad de expresión, más como una maza que como una libertad, el PP. No voy a añadir nada a lo que dije sobre la libertad de expresión a propósito de la impecable y no muy conocida concepción de Chomsky sobre la cuestión, pero sí dejaré apuntado que hay aspectos en el pensamiento del intelectual estadounidense que vendrían aquí que ni pintados. En fin, el hecho de constatar esta delirante reacción del PP a las muchas respuestas de esta campaña atea supone confirmar, desapasionadamente, que ha sido un éxito.

Daniel Raventós es miembro del Comité de Redacción de SINPERMISO. Su último libro es Las condiciones materiales de la libertad (Ed. El Viejo Topo, 2007).

jueves, 15 de enero de 2009

Los 10 mandamientos del laicismo

La vicepresidenta De la Vega ha insistido en la voluntad firme del Gobierno de "avanzar en la laicidad del Estado" y de "proteger las creencias de quienes no creen". Público ha elaborado un decálogo para convertir España en un Estado laico.

I. Educarás en igualdad
En España hay 17.000 colegios de titularidad pública y 7.000 concertados o privados. Casi 2.500.000 alumnos de enseñanza no universitaria —uno de cada tres— estudian en centros concertados de ideario religioso. El Estado los financia con fondos públicos, pero deja su gestión en manos de instituciones religiosas. Este modelo es el pilar en el que se sustenta la influencia católica en la sociedad. Históricamente, la Iglesia ocupó así una responsabilidad desatendida por el Estado. La recuperación de la democracia no reformó este modelo, consagrado en el Concordato de 1979.

II. No sermonearás fuera del púlpito
La asignatura de Religión "interrumpe el funcionamiento común del horario lectivo e impide que ese tiempo se dedique a otro tipo de aprendizajes", según denuncia la plataforma Por una Escuela Laica. Los acuerdos con la Santa SEde y la LOE convierten la doctrina católica en una asignatura de oferta obligatoria para los centros y de carácter voluntario para el alumnado. El Estado paga a los profesores de Religión, aunque los seleccionan los obispos. La Religión ocupa casi 1.000 horas lectivas en las etapas de Infantail y Primaria y 450 horas en la ESO, tanto como la educación física o artística.

III. No impondrás tus símbolos al Estado
El pasado jueves, los máximos representantes de los tres poderes del Estado acudieron al funeral de Estado celebrado en la catedral de La Almudena, en Madrid, por Leopoldo Calvo Sotelo. Ni el Jefe del Estado ni el del Ejecutivo presiden esa ceremonia religiosa, quien lo hace es el Arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela. Es el último ejemplo del sometimiento ocasional del Estado a la máxima expresión del poder católico en España. La jerarquía católica bendice cada momento clave de la vida institucional, casa al heredero de la Corona, bautiza a sus hijos y preside los funerales de Estado.

IV. No mezclarás la gloria terrenal y celestial
El arraigo de la Iglesia católica en España hace que se confundan en no pocas ocasiones las celebraciones de carácter festivo o histórico con las religiosas. El himno nacional saluda en Semana Santa la salida de cada procesión y el viernes santo las banderas de los cuarteles ondean a media asta en señal de duelo. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado escoltan iconos religiosos en celebraciones públicas, y las autoridades civiles acompañan a los representantes católicos en manifestaciones puramente religiosas. Los colectivos laicistas exigen que se evite esta mezcla de representaciones.

V. No acapararás las fiestas del calendario
El calendario laboral para 2008 recoge un total de doce fiestas nacionales para todas las comunidades autónomas. La mayoría tienen su origen en celebraciones religiosas que, a su vez, nacen de ritos paganos y tradiciones anteriores al calendario cristiano. Sólo cuatro celebraciones conmemoran eventos no religiosos: el día de la Constitución, el 1 de mayo, el 12 de octubre, Fiesta Nacional, y la festividad de cada comunidad autónoma. Los homenajes civiles están casi excluidos del calendario; el día internacional de la mujer no se celebra, pero sí el de la Inmaculada.

VI. No invadirás instituciones públicas
La presencia de representantes católicos en instituciones ajenas a la Iglesia es notable. Hay capillas, y capellanes, en hospitales, universidades y centros penitenciarios. El Concordato garantiza este privilegio, que alcanza cotas especialmente relevantes en las Fuerzas Armadas. El trato favorable que recibe la Iglesia católica en el ámbito militar se recoge en los acuerdos Iglesia-Estado de 1979. Su manifestación más anacrónica es el denominado ‘derecho de presentación’, aún vigente, por el que el Rey propone al Papa un nombre para el cargo de Vicario General Castrense.

VII. Cuidarás de tu propio patrimonio
A lo largo de los siglos, la Iglesia, privilegiada por su bienes, ha conformado buena parte del patrimonio artístico español. ¿De quién son joyas como las catedrales de Burgos o León? ¿Pertenecen a la Iglesia católica o a la Humanidad? El concordato de 1979 establece que “el patrimonio de la Iglesia sigue siendo parte importantísima del acervo cultural de la nación”. Así justifican la colaboración entre las administraciones y la Iglesia para la conservación y cuidado de una herencia monumental cuya titularidad es privada. Los fondos públicos garantizan la necesaria pervivencia de este patrimonio.

VIII. Acatarás la ley de datos
La apostasía es el procedimiento por el que se abandona la Iglesia católica después de entrar a formar parte de ella mediante el bautismo. No existe un registro oficial de apóstatas. Media docena de iniciativas —de carácter municipal— intentan paliar esta carencia. Apostatar es un derecho, sin embargo, la Iglesia envuelve con trabas las peticiones de apostasía. Algunos obispados piden al solicitante las explicaciones que no reclamaron al bautizarle. Las parroquias no suelen borrar al apóstata de su libro de bautismos, sólo hacen constar, junto a su nombre, su declaración de ser dado de baja.

IX. No utilizarás los medios públicos
La Iglesia católica dispone de espacios públicos, gratuitos y semanales en las televisiones públicas. La Iglesia evangélica ha denunciado que la confesión católica dispone de tres horas y media semanales en RTVE frente a los cinco minutos que concede a las confesiones minoritarias. Los actos litúrgicos de cada domingo son emitidos por el canal público, acomodados entre programación confesional. La 2 de TVE programó durante la pasada Semana Santa una celebración diaria durante cuatro días consecutivos, además de retransmitir procesiones y otros contenidos de carácter puramente religioso.

X. Te autofinanciarás
La actual campaña de la Renta es la primera desde que nació el IRPF en la que la Iglesia no percibirá la cantidad anual que le entregaba el Estado a fondo perdido. La Iglesia se servirá así de una declaración pública de impuestos para percibir el 20% de su presupuesto. Hacienda gestiona y facilita de esta manera la provisión de fondos para sostener a la Iglesia católica, exenta, hasta este año, de pagar tributos como el IVA. La autofinanciación es un objetivo recogido en el Concordato, pero la Iglesia no ha puesto nunca especial empeño en conseguirla.